• Más del 70% de las personas de entre 25 y 50 años no recuerda haber borrado archivos antiguos en el último mes.
• Entre 2017 y 2022, en todo el mundo se han enviado alrededor de 333 mil millones de correos y de ellos solo el 22,7% se abren y mientras que el 2,62% reciben un clic en la información: MailChimp.
El síndrome de Diógenes Digital es un trastorno que impide a los usuarios deshacerse de objetos o archivos acumulados en dispositivos electrónicos con los que, además, no existe ningún apego emocional, y lo curioso es, que es más común de lo que parece.
Según una encuesta de TEKDI, instituto de Marketing digital, en el 2021 más del 70% de las personas de entre 25 y 50 años no recuerda haber borrado archivos antiguos en el último mes, 9 de cada 10 les costaba diferenciar lo que querían conservar de lo que no necesitaban en sus tabletas o teléfonos móviles.
Estos hechos nos llevan a una sobreinformación y sobreestimulación a la cual están expuestos los usuarios. De allí, que sintamos la necesidad constante de guardar o acumular información que consideramos relevante o que tal vez podemos usar en el futuro y marcamos por miedo a no volver a encontrar el contenido.
El almacenamiento de información digital tiene efectos negativos con el tiempo, al igual que la acumulación de objetos físicos. Todos los datos y archivos que mantenemos guardados “digitalmente” también ocupan un espacio real en los grandes servidores de información, afectando así el medio ambiente. Entre 2017 y 2022, en todo el mundo se han enviado alrededor de 333 mil millones de correos y de ellos solo el 22,7% se abren y mientras que el 2,62% reciben un clic en la información, según cifras de MailChimp.
Entre otros efectos negativos se encuentra la ralentización de los dispositivos o pérdida de funcionalidad por sobrecarga en los procesadores.
Es por esto que Bethlem Boronat, directora del Máster en Customer Experience & Innovation de la EAE Business School, enlista algunos puntos para combatir el síndrome y mejorar la experiencia digital:
1. Antes de guardar un documento, preguntarse si se va a imprimir
En ocasiones acumulamos información casi de manera inconsciente e impulsiva, por eso se recomienda reflexionar si realmente al guardar, descargar o destacar un contenido realmente vamos a leerlo y el impacto ambiental que genera esta práctica.
2. Controlar el dedo, preguntarse si ¿de verdad es necesario hacer todas esas fotos?
Se debe procurar elegir cuándo hacer fotos y revisar periódicamente aquellas que tienes guardadas, eliminando las que no necesitas conservar. Se recomienda ordenarlas en álbumes y etiquetarlas.